Por: Amalia Blanco
Mi segundo viaje a la India terminó en Varanasi (Benarés y Kashi son otros nombres por los que se la conoce).
La primera vez que fui no convencí a mis compañeros de viaje para visitarla. Y me alegré mucho de haber ido en esta segunda incursión porque, aunque sólo sea una vez en la vida, creo que es de las visitas imprescindibles.
Eso sí. Fui en una época donde el calor no era sofocante. Creo que con mucho calor (abril a junio) o en pleno monzón (julio-septiembre) no lo hubiese soportado.
Entre octubre y marzo es mucho menos duro de lo que te cuentan.
Benarés, la ciudad sagrada
Es una de las ciudades más antiguas del mundo (dicen que contemporánea de Babilonia y Nínive) y una de siete ciudades sagradas para los hindúes. Dicen que fue creada por Shiva.
Está en el estado de Uttar Pradesh a orillas del Ganges y es una ciudad donde los hindúes van a morir para que sus cuerpos sean cremados en los ghats y sus cenizas tiradas al Ganges porque así finalizan los ciclos de reencarnación alcanzando el Nirvana.
La llegada y el anochecer
Llegamos al mediodía desde Kajuraho y fuimos al hotel: el maravilloso Nadesar Palace (de la cadena Taj) https://taj.tajhotels.com/en-in/taj-nadesar-palace-varanasi/ . Solo 10 habitaciones en un hotel lleno de historia y de serenidad. Uno de los mejores hoteles en los que he estado en mi vida.
Cuando empezaba a atardecer nos vino a buscar un rickshaw para ir al Ghat Dashaswamedha a ver la ceremonia de la puja al anochecer.
Es una ceremonia hinduista que se denomina Aarti y se celebra con música, flores, danza y fuego en agradecimiento a la vida y al río sagrado y a la que asisten tanto peregrinos como viajeros. No sé si me pareció más impresionante el trayecto o la ceremonia.
Tuvimos la suerte de poderlo ver desde una terraza privilegiada (previo pago por supuesto) y fue toda una experiencia de sonidos y colores.
El amanecer en el Ganges
Volvimos al hotel y nos acostamos pronto porque nos teníamos que levantar antes del amanecer para coger una barca y dar un paseo por el Ganges. No tengo palabras para describirlo.
Tanto el paseo en barca como el camino hasta el río son un espectáculo inolvidable.
En el camino porque eran miles de personas las que bajaban a celebrar las ceremonias de purificación y en el paseo en barca porque es evidente que la grandiosidad de Benarés sólo se puede apreciar desde el río y la luz del amanecer navegando por el Ganges es indescriptible.
Desde allí vas viendo la vida en los ghats. Son escaleras que dan acceso al Ganges; hay unos 100 que ocupan una extensión de 5 o 6 kilómetros y en ellos se realizan todo tipo de rituales de purificación. Parece mentira que en esa agua puedan purificarse, pero bueno…
En el río ves gente haciendo inmersiones (dicen que cada inmersión quita un pecado), otros hacen gárgaras, se lavan los dientes, beben su agua, lavan la ropa…. yo no recomiendo a ningún occidental que haga ningún ritual de purificación.
Nuestro cuerpo no está preparado. Eso sin contar con los ghats donde se realizan las cremaciones (en dos de ellos), con las personas que pululan por la orilla del Ganges y que hacen yoga, dan masajes o venden caléndulas y con las cabras, vacas, perros y monos que también pululan por allí.
El paseo por Benarés
Tras el paseo al amanecer nos fuimos a patear Benares (por detrás de los ghats todo son callejuelas en las que es fácil perderse). Depende de lo sensibles que seáis, pero una pashmina impregnada de colonia viene bien en algunos momentos para meter la nariz en ella.
Si tenéis tiempo también os aconsejo que os sentéis en uno de los ghats y paséis todo el tiempo que podáis mirando lo que ocurre a vuestro alrededor.
Sarnath
Desde Benarés hicimos una excursión a Sarnath (está a unos 10 km), ciudad sagrada para los budistas donde dicen que Buda dió su primer discurso.
Un museo arqueológico, ruinas, templos, estupas… hicieron que mereciese la pena
Todos los adjetivos que sobre Benarés he leído me encajan: ruidosa, difícil, vibrante, sucia, misteriosa, colorida, dolorosa, impactante, complicada, caótica, contradictoria intensa, conmovedora, única, mágica, hipnótica… pero por muchas cosas negativas que leáis, las positivas pesan muchísimo más.
Es inolvidable.
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