Por: Amalia Blanco
Nos hemos aficionado a pasar la Navidad fuera de casa (bueno… a partir del 26 porque Nochebuena y Navidad sigue siendo sagrado pasarlo en familia).
El año pasado visitamos el Sur de la India y nada más volver, empezamos a pensar en las Navidades del año siguiente.
Queríamos cambiar de continente porque llevábamos varios Asias seguidos. Nuestra primera opción fue Guatemala, pero por temas de seguridad, nos aconsejaron cambiar de destino (creo que los consejos fueron un poco exagerados).
Renunciamos, pero sigue siendo un viaje que forma parte clara de mi “wish list”.
Entre los países latinoamericanos que nos faltaban, elegimos Colombia.
Día 1 – Madrid / Bogotá
Volamos el día 26 por la mañana y llegamos a Bogotá a mediodía. Directos al hotel y con una duchita rápida, nos fuimos a conocer lo imprescindible de la ciudad teniendo en cuenta que solo estábamos esa tarde.
Bogotá está a 2700 metros sobre el nivel del mar y nos habían aconsejado descansar un par de horas, pero no podíamos permitírnoslo.
Empezamos por el Museo del Oro, uno de los más importantes sobre el trabajo con oro de los pueblos indígenas precolombinos. Es un gran museo de seis plantas, pero solo visitamos la segunda y la tercera. Precioso e imprescindible.
De ahí nos fuimos a la plaza Bolívar (no hemos visto ni un solo pueblo que no tenga su plaza Bolívar); es la plaza central de Bogotá y en donde se inauguró la fundación formal de la ciudad, aunque otros me dicen que fue en la plaza del Chorro de Quevedo.
En ella hay varios monumentos históricos: el Capitolio Nacional, de estilo neoclásico; el Palacio de Justicia; el Palacio Liévano (sede del Ayuntamiento); la Catedral primada; la Capilla del Sagrario de la Catedral y el Palacio Arzobispal.
Esta plaza se encuentra en el barrio de la Candelaria, que es el barrio histórico de la ciudad. Es de estilo colonial, muy bien conservado y sin duda merece un paseo largo por él.
Agotados, pero para adaptarnos al nuevo horario nos fuimos a un restaurante que nos habían recomendado: Andrés carne de res (el de Chía, pueblito al norte de Bogotá al que tardamos casi una hora en llegar, pero mereció la pena).
Cenamos arepas, chicharrones, empanadillas, costillas y “lomo al trapo”. Todo muy rico, pero el lomo insuperable.
Día 2 – Zipaquirá / Pereira
Empezó el día con un viaje por carretera a Zipaquirá, pueblo a unos 30 km al norte de Bogotá, en el departamento de Cundinamarca. Es un pueblo colonial muy bonito, pero su atractivo fundamental es la Catedral de Sal.
Es una catedral subterránea tallada íntegramente en una mina de sal y que está considerada una de las siete maravillas de Colombia. No éramos conscientes de lo que íbamos a ver y nos quedamos completamente fascinados.
Esa misma tarde cogimos un vuelo a Pereira, desde donde conocimos el eje cafetero.
El eje cafetero es una zona verde que abarca tres departamentos: Quindío, Caldas y Risaralda y sus capitales respectivas: Armenia, Manizales y Pereira.
El paisaje cultural cafetero fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO por aus paisajes, arquitectura y cultura.
Nos alojamos en un precioso ecolodge a 20 minutos de Pereira.
Día 3 – Eje Cafetero
Solo pasamos un día en esta zona (una pena, porque da para dos o tres). Visitamos Salento, el valle de Cocora y Filandia.
Salento es absolutamente encantador con sus calles flanquedas por sus casas bajas, con puertas y ventanas pintadas de colores y rodeado de cafetales y paisajes verdes.
En Salento tuvimos una “experiencia cafetera”; una breve explicación sobre el cultivo del café y su tratamiento y una cata.
Me encanta el café, pero nos dieron un expreso tan tan fuerte que no pude dar más de un sorbito. Eso sí… el mocciato, además de decorarlo en vivo, estaba delicioso.
De Salento nos fuimos al valle de Cocora, que es el hogar del árbol nacional de Colombia: la palma de cera. Dimos un paseo de unas dos horitas que nos llevó a un mirador espectacular sobre un parque de palmas.
Por la tarde, visitamos Filandia, pueblecito parecido a Salento, pero más tranquilo. Subimos a una torre donde tienes una visión 360 de todo el eje.
Día 4 – Pereira / Santa Marta
Madrugamos para coger un vuelo a Santa Marta con escala en Bogotá. Llegamos a mediodía a un precioso hotel boutique en el centro de la ciudad que nos contaba la guía que era de la familia de Carlos Vives.
Dimos una vuelta por la ciudad, que no vale mucho, pero allí nació Falcao (guiño para los atléticos como yo), tiene un ambientazo genial y cenamos muy bien en un restaurante en el parque de los Novios.
Además, antes de cenar, nos fuimos de compras: hay un centro de artesanía, un mercadillo en la bahía y vendedores ambulantes que hicieron nuestras delicias.
Día 5 – Tayrona
La entrada al parque natural está como a 30 km de Santa Marta.
En la zona de Tayrona/Santa Marta hay muchos planes posibles, pero optamos por un trekking desde El Zaíno hasta el Cabo (14 km entre ida y vuelta) pasando por las playas de Cañaveral, Arrecife, La Piscina y San Juan.
En el camino, y gracias a una guía maravillosa (Diva) conocimos a una familia de la tribu kogui. Una de las niñas de la tribu, María Elena, nos llevó a conocer su poblado y fue uno de los mejores momentos del viaje.
Llegamos al cabo de San Juan del Guía, el final de nuestro trayecto, y había mucha gente, así que nos dimos media vuelta y Diva nos llevó a una playita menos espectacular, pero donde estábamos completamente solos.
Terminamos exhaustos y creo que la ducha al llegar al hotel es otro de los grandes momentos del viaje.
También nos quedamos con pena de no habernos quedado algún día más para haber hecho el tour de las playas, el río Don Diego, excursiones a poblaciones indígenas… escribiremos un post sobre las alternativas en el entorno de Tayrona.
Día 6 – Tayrona / Cartagena
Tras ver amanecer en la playa del hotel nos pusimos en marcha hacia Cartagena de Indias, la perla del Caribe colombiano y una de las ciudades coloniales más bellas de latinoamérica; 5 horitas pasando por Barranquilla (casi una hora nos costó atravesarla).
Llegamos a primera hora de la tarde y tras celebrar fin de año vía face time con nuestra familia española (comimos las uvas con ellos a las 6 de la tarde hora colombiana), nos arreglamos para celebrarlo en una macrofiesta corsaria en el hotel Santa Clara de Cartagena.
Día 7 – Cartagena
Por la mañana visitamos el Cerro de la Popa (convento de la Candelaria) desde el que se disfruta de una magnífica panorámica de Cartagena y el castillo San Felipe (realmente es un fuerte).
Es patrimonio de la Humanidad. Se alza sobre la colina de San Lázaro y es el complejo militar más grande de América. Allí comenzamos a conocer la historia de la ciudad y la importantísima actuación de Blas de Lezo evitando la toma de Cartagena por los ingleses.
También dimos una vuelta por la ciudad nueva, Bocagrande (parece Miami).
Tras una gran comida de año nuevo y una microsiesta, nos pusimos a patear la ciudad amurallada para tratar de conocer todos sus rincones.
Son maravillosas sus casas de colores (yo creo que nos hicimos fotos en todas), sus balcones llenos de flores, las aldabas de sus puertas, la iluminación navideña, sus plazas, parques, iglesias.
Recorrimos también el barrio de Getsemaní, en el que nos encantaron sus grafitis, su ambiente y la panorámica que de la ciudad nueva y del castillo de S. Felipe se veían desde este barrio.
Dicen que es uno de los barrios más carismáticos y auténticos de Cartagena y aunque está fuera de la zona amurallada, está a dos pasos del centro. El corazón de este barrio es la plaza de la Trinidad, que por las noches se llena de gente.
Día 8 – Cartagena
Muy bonita la excursión que hicimos a la Boquilla para navegar en canoa por los manglares, donde además aprendimos como tiran las redes para pescar.
Es un pueblo de pescadores afro cartageneros que recorrimos sin gente y pudiendo dar un paseo por su playa y tomarnos una Club Colombia (cerveza local) en un chiringuito lleno de música y bailes.
El resto del día lo pasamos paseando por la ciudad y recorriendo su muralla desde la que también se ve la casa de Gabriel García Márquez, antes de irnos a cenar en un barco recorriendo la bahía.
Día 9 – Cartagena (Islas del Rosario)
Día entero de barco y navegación por las islas del Rosario. Son 28 islas y forman un archipiélago a una hora en lancha desde Cartagena; algunas de sus mejores playas son públicas (muchísima gente).
Nos encanta poder incluir un día de barco en nuestros viajes porque los disfrutamos muchísimo.
El Caribe colombiano es precioso, pero muy bravo. Hicimos snorkel (lo hemos hecho en mejores sitios) y después de una comida de morraja frita con arroz, fondeamos en un sitio que no tengo palabras para describir.
Habría 50/60 barcos fondeados con pickups (equipos de música superpotentes) en cada uno de ellos, con un nivel de decibelios que yo no sabía ni que existía y llenos de gente tomando copas y bailando… vamos… que ni Ibiza… El agua llegaba por la cintura y había camareros sirviendo a los barcos.
Regresamos a Cartagena y pasamos nuestra última noche paseando y cenando por los alrededores de la plaza D. Diego
Día 10 – Cartagena / Madrid
Día de vuelta a Madrid, pero antes de coger el avión para regresar a casa vía Medellín, no podían faltar unas últimas compras.
Las Bóvedas (antiguas bodegas convertidas en tiendas de artesanía), el mercadillo que hay entre la plaza de Santa Teresa y la Iglesia de San Pedro Claver y el que está en el parque del Centenario (cerca de Getsemaní) son imprescindibles para los compradores compulsivos.
Me gustan más las compras en Asia, pero he vuelto cargada de bolsos wayúus y ahimaras, belenes, pendientes y figuras “precolombinas”.
Algunas recomendaciones
* El país tiene un tamaño que multiplica por cuatro el de España. Es difícil conocerlo todo en un único viaje salvo que tengas un mes entero.
* No necesitas ni visado ni vacuna para viajar desde España, aunque dependiendo de las zonas puede ser recomendable la vacuna contra la fiebre amarilla
* Desde el punto de vista climatológico, Colombia, al estar cerca del ecuador, es muy estable. Solo tiene dos estaciones: la seca y la húmeda, pero varía el momento entre territorios.
* La Navidad es una buena época, pero coincide con las vacaciones escolares y hay mucho turismo local, sobre todo en enero (es como nuestro agosto). Si yo pudiese elegir, mi época preferida sería febrero o marzo.
* Con sentido común, puedes viajar de forma segura por todo el país. Eso sí, si puedes evitar coger taxis por la calle. Que te lo pidan en los hoteles
* Colombia tiene una orografía muy compleja y temperaturas que varían mucho entre unas zonas y otras por lo que tu equipaje tendrá que preverlo. Con sólo dos horas de distancia, las temperaturas pueden variar más de 20 grados. Consulta bien los climas de los sitios que vayas a visitar antes de viajar.
* La excursión a los manglares también es muy recomendable al atardecer
* No dejes de probar las frutas locales. Yo he vuelto entusiasmada con el lulo y con la uchuva (aguaymanto en Perú)
* Me habría encantado tener más días y haber visitado Caño Cristales, San Andrés, el desierto de Carrizal o la Ciudad Perdida.
Elegante
Gracias Álvaro!
Vivo en Colombia hace un año y he estado en todos los sitios que cuenta Amalia pero … en un año !!!!! Sois impresionantes haber hecho todo eso en 10 días.
Haces un resumen perfecto de todo y se nota que COLOMBIA te conquisto. Sabes que aquí se dice que el peligro de COLOMBIA es !!conocerla!! Porque te quedas!!
Gran país con mala fama por su historia reciente pero presente y futuro excelente y prometedor por la belleza de sus tierras , que describes muy bien, y sobre todo por la amabilidad de sus gentes.
Excelente resumen Amelia
Sabíamos que nos iba a gustar. Pero no esperábamos que nos conquistara de esa manera…, pero todavía nos queda por conocer. Tiene tanto que ofrecer. Tú sigue disfrutando!
Eres mi “ídola” Me encanta que comoartas tus viajes. Y me encanta como los relatas. Directos. Sin adornos, pero con una pasión desbordante ¿A quién nonle gusta viajar? Pero tu transmites algo más. Y caray, cuánto me queda por conocer de Colombia 😬 ¿Próximo destino? 😘
Gracias Eduardo!!
Mi próximo destino CHINA!!
Muy buen destino para pasar las navidades. Bueno, a partir del 26 😉 🙂
Hola, Amalia. Excelente historia de vuestro viaje a Colombia. Me alegro que os haya gustado mi país. Es increíble las coincidencias de tu viaje con el que hice con mi familia el pasado diciembre-enero. Salimos de Madrid también el día 26D, fuimos al Museo de Oro, Museo Botero y a Monserrate en Bogotá. Nos alojamos en el Santa Clara en Cartagena y estuvimos, eso sí, más días en las Islas del Rosario, pero el día 9E estábamos allí. Casi, casi que nos tuvimos que ver! 🙂 Soy Bernardo Posada, de Eprensa. Un abrazo.