Por: Amalia Blanco
Me encanta hacer viajes cortos por Europa. Francia, Italia, Alemania, Portugal… en cualquier país hay rincones que se escapan de lo típico y con los que se disfruta mucho.
Arte, buena gastronomía y pocas masificaciones turísticas son para mi razones más que suficientes para salir de casa; y la región de Emilia Romagna las tiene todas.
Hay vuelo directo desde Madrid, por lo que hacía tiempo que volar a Bolonia entraba dentro de mis planes. De hecho, en un post donde dábamos recomendaciones para otoño, ya incluíamos esta región. («Mis recomendaciones para viajar en otoño«)
Emilia Romagna es una región al norte de Italia. Al sur tiene los Apeninos y al norte, el Po. La costa este está bañada por el Adriático.
Aparte de su famosa gastronomía, en esta región nacieron dos leyendas del mundo de la Opera: Verdi y Pavarotti y una leyenda del mundo el cine: Federico Fellini.
No atrae a tantos turistas como su vecina Toscana, pero como dicen los de Lonely Planet “es el ejemplo perfecto de que ir más allá de los destinos archipopulares tiene recompensas maravillosas”.
Lonely Planet la eligió en 2018 como el mejor destino turístico de Europa
Su capital es Bolonia, ciudad que es conocida con tres sobrenombres: la “dotta” (la erudita), por su Universidad, la más antigua de Europa; la “grassa”, por su patrimonio gastronómico, y la “rossa” tanto por el color de sus edificaciones medievales de terracota, como porque tradicionalmente ha sido una ciudad de izquierdas. En ella se fundó el PC.
Paseando por Bolonia
El día que llegamos lo dedicamos a Bolonia.
La Piazza Maggiore con la iglesia de S. Petronio, el Palazzo Communale y la plaza de Nettuno; la basílica de Santo Stefano y sus famosas torres medievales, Garisenda y Asinelli (con más de 100 metros de altura) nos hicieron pasar una magnífica jornada.
Y, por supuesto, el callejeo por sus soportales. Bolonia tiene más de 30 km de calles con pórticos.
Hicimos base en Bolonia, pero los días 2 y 3 los dedicamos a recorrer algunas ciudades de la región. Alquilamos un coche y el día 2 pusimos rumbo al oeste. Conocimos Parma, Torrechiara y Módena. Nos quedamos con ganas de hacer una parada en Reggio Emilia (cuna de la bandera italiana), pero los días no los puedo estirar más.
El tercer día fuimos hacia el este, hacia la costa del Adriático. Empezamos en Ravenna y sus alucinantes mosaicos bizantinos para conocer luego Ferrara.
El último día lo volvimos a dedicar a Bolonia: el barrio de la universidad, la basílica Santuario de la Madonna di San Luca (salvo que estéis entrenando para un maratón ni se os ocurra subir andando), el Oratorio de Santa Cecilia y mucho callejeo completaron cuatro días preciosos.
Parma y su centro histórico
Además de la bien debida fama de su queso y de su jamón (prosciutto), de ser el origen de los Lamborghinis y de haber visto nacer a Verdi (en Brusetto, un pueblito al lado), Parma tiene un precioso centro histórico.
Un precioso duomo románico, un impresionante baptisterio octogonal de mármol rosa construido en 1106 y un espectacular palacio, el Palazzo de la Pilotta, hacen de Parma una parada imprescindible.
En este último Palazzo hay un teatro, el Teatro Farnese que es una construcción íntegra en madera del siglo XVII, y cuya visita por si sola, compensaría pagar la entrada a la Pilotta. También tiene una bonita Biblioteca y una colección de pintura interesante.
A algo más de 15 km de Parma, en Laringhano, se encuentra Torrechiara. Es un bonito castillo que encontramos cerrado por lo que solo pudimos disfrutarlo por fuera.
Módena y su gastronomía
Es uno de los paraísos gastronómicos de la región. El vinagre de Módena, el lambrusco, los tortellinis enormes con rellenos espectaculares… y si reserváis con muchísimo tiempo hasta podéis comer en la ostería Francescana, uno de los mejores restaurantes del mundo, del chef Massimo Bottura (tiene un restaurante más asequible que se llama Franceschetta 58).
Ciudad donde nació Pavarotti, tiene una imponente catedral románica, que es patrimonio de la Humanidad. Es famosa por el campanario de la Catedral, la Ghirlandina.
Bonito el mercado Albinelli.
Ravenna y sus mosaicos
También conocida como la ciudad de los mosaicos, tiene ocho edificios que han sido declarados por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.
Es una ciudad llena de historia. Entre los siglos V y VIII fue capital del imperio romano, capital de reinado de Teodorico rey de los Ostrogodos y capital del Imperio Bizantino en Europa.
San Vitale, San Apolinar, el mausoleo de Gala Placidia, el mausoleo de Teodorico, sus baptisterios (sobre todo el Neoniano)… te dejan sin palabras por su majestuosidad y engloban una de las colecciones más impresionante de arte paleocristiano realizadas entre los siglos IV y VI.
Personajes como Dante y Lord Byron vivieron en Ravenna. Dante, en su Divina Comedia, describió las iglesias de Ravenna como “sinfonía de color”
Ferrara y sus palacios
Ferrara es una maravillosa ciudad renacentista, perfectamente conservada y declarada también Patrimonio de la Humanidad. Tiene muchísimos palacios y sigue protegida por la muralla medieval.
Aquí vivía el clan familiar Este con un prestigio similar al de los Medici en Florencia.
Es también conocida por ser la ciudad del palio más antiguo del mundo, ya que se estableció en 1259. Solo por ver esta manifestación histórica mercería la pena el viaje a Ferrara (el día más importante de la celebración es el último domingo de mayo… por si os animáis)
El castello Estense que preside la ciudad, la catedral (dicen que es una de las más bonita de Italia, pero la encontramos cerrada por obras) …, son imprescindibles
Como moverse por Emilia Romagna
En Europa, yo siempre soy partidaria del coche. Te da mucha libertad para moverte y para en cualquier sitio que te apetezca. Viajar en coche por esta región es fácil y las principales ciudades están muy bien conectadas.
El único problema, como cada vez está pasando más en toda Europa, es tratar de moverte por el centro de las ciudades.
Zonas restringidas, peatonales, etc pueden convertir la búsqueda de aparcamiento en un suplicio. Yo ni lo intento. Busco en Google “parking en el centro de XX” y elijo el mejor valorado. Casi siempre acierto.
Y me pregunto cómo viajábamos cuando Google maps no existía. Menuda heroicidad!!.
Si no quieres alquilar un coche, el tren es una magnífica opción porque Bolonia está muy bien conectada con las principales ciudades de la región y también con Milán, Florencia, Venecia, Verona…
Y para moverse por las ciudades, nada mejor que la bicicleta, sobre todo en Ferrara.
Gastronomía
A mi la pasta me vuelve loca, así que no pudimos disfrutar más.
Todos los restaurantes en los que estuvimos (todos ellos trattorias y osterías tradicionales) nos parecieron maravillosos.
Probé todas las tradiciones locales: los tortellini in brodo (como una sopa de carne con la pasta), los fettucini al ragù (lo que nosotros conocemos como bolognesa) y a la panna, los cappelaccii di zucca (rellenos de calabaza… espectaculares!!), los pappardelle salsiccia e porcini, polpettas (albóndigas)… y siempre para empezar, lo que llaman salumi misti (embutidos de la región, entre los que siempre había jamón de Parma, mortadela de Bolonia y salame…) acompañados de unos panes, los crescentine y los tigelle que me han parecido impresionantes.
Nunca hemos llegado con sitio para los postres; así que ni la panacota ni el tiramisú han formado parte de nuestros menús… y mira que lo siento…
Los vinos tintos de la zona, magníficos… y en Rávenna probamos las piadinas.
Por supuesto, si viajas en verano, te encantarán las heladerías.
Mejor época para ir
Todas las épocas tienen su atractivo. Yo fui en Navidad y es precioso porque las calles están decoradas, hay mercadillos, luces etc, pero el invierno es muy muy frío y los días son más cortos.
Yo si puedo volveré al final de la primavera o al final del verano (mayo, junio o septiembre) para aprovechar días más largos, pero no tener la saturación de la plena temporada alta que son julio y agosto.
Pero si tienes pensado pasar unos días en la famosa costa adriática, el verano debe ser una época extraordinaria.
Si quieres disfrutar el magnífico ambiente universitario de Bolonia es mejor ir en época lectiva.
Otros planes en la región de Emilia Romagna
- Recorrer la costa adriática: San Marino, Rimini, Riccione, Misano, Cattolica… Tienen preciosas playas, pero también historia y arte
- Ir al cine en Rimini, ciudad natal de Fellini, en el cine al que él asistía de niño y que se ha reabierto en 2018
- Conocer su naturaleza. Tanto en la zona de los Apeninos como en la del Po.
- Si os gustan los coches, tenéis fábricas y museos de Ferrari, Ducati y Lamborghini; y circuitos famosos de Formula I como el de Imola
- Si de la gastronomía no valoras solo el probar los platos, sino que te gusta ir más allá hay posibilidad de recibir clases de cocina de la región o visitar a productores de quesos, vinagres, o embutidos
- Asistir a alguna ópera en alguna de las ciudades
- Visitar alguno de sus maravillosos pequeños pueblos como Brisghella, Brusseto,
- Seguir la ruta de la antigua Via Emilia, la calzada antigua que partiendo de Rimini cruza Cesena, Forli, Bolonia, Módena, Reggio, Parma y finaliza en Piacenza
- Disfrutar del placer de caminar sin rumbo y no dejes de hacerlo algún día al amanecer. Solo con los barrenderos que limpian las calles.
Impecable guía, maravillosa recomendación, envidiable ‘excursión’. Gracias Amalia
Excepcional el recorrido artístico, cultural, urbano y gastronómico por la región de Emília Romagna. Enhorabuena a “mi mundo Travel planner” por estas mini-guías que se han convertido imprescindible en nuestros viajes. Gracias a Amalia Blanco por la pasión y emoción desarrollada en el relato de estos cuatros y sobre todo por las recomendaciones mundanas, pero tremendamente prácticas.
Soy Meche Tudanca me apasiona viajar y más con esos viajes tenerme informada si no son para mi mis hermanos si pueden un besos de la familia Tudanca