OMAN, entre Oasis, Dunas, Adobe y Montañas

Viaje Oman. Mi Mundo Travel
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Por: Amalia Blanco y Amalia Peigneux

Oman es todo un descubrimiento.

Cuando hace unos meses me fui de Bankia, le dije a Amalia, mi hija, que la invitaba a un viaje y que la dejaba elegir destino, nunca pensé que fuera a elegir Omán.

Es un país que nunca había formado parte de mi lista de deseos, pero a mi me gusta preparar los viajes profundamente y cuanto más leía, más me apetecía conocerlo.

Tras haber pasado ocho días en esas tierras puedo decir que es un maravilloso destino pendiente de conocer por el turista español, aunque ya ha sido descubierto por los turistas centroeuropeos.

Adjunto un mapa para ayudaros a situarlo.

Aunque si os digo la verdad no hemos encontrado turistas de ningún tipo.

El país ha abierto hace poco y todavía existen ciertos recelos para viajar, por lo que nuestro viaje ha sido un privilegio que no se si es repetible.

Nunca he conocido un pueblo tan orgulloso de sus gobernantes, sobre todo del sultán Qaboos, que, aunque murió a principios de 2020, no dejan de hablarte de él.

Me da hasta pena el nuevo sultán porque nadie lo mencionó, aunque parece que también les gusta y además le ha tocado lidiar con pandemia y con caída del precio del petróleo.

Tenemos ya un post sobre Omán en este blog que escribió hace años Pedro J. Domínguez por lo que para no repetirme mucho, lo voy a estructurar de otra manera: contándoos el viaje por orden cronológico.

Día 1. Mascate

Llegamos a Mascate (Muscat en inglés) a las 6:30 de la mañana y sin hacer siquiera el check in en el hotel nos fuimos a conocer la capital.

Nuestra primera visita fue la Gran Mezquita, que es la principal atracción de la ciudad. Para turistas solo abre de 8 a 11 de la mañana. Y allí estábamos antes de la hora… las primeras… y las últimas… Porque hicimos la visita completamente SOLAS.

No lo voy a repetir más veces porque esto nos pasó en casi todos los destinos, incluso en los souqs (mercados).

La mezquita fue un regalo de Qaboos al pueblo omaní para festejar sus 30 años de reinado y es una magnífica representación de arquitectura islámica moderna.

La sala de oración principal es preciosa. Tiene una alfombra de 60×70 metros que era la mayor del mundo hasta que la de Abu Dhabi la superó. Su fabricación dio trabajo a 600 mujeres durante 4 años.

Por supuesto, como en cualquier mezquita hay que vestir de forma discreta, tapando hombros y rodillas (también los hombres) y las mujeres tenemos que cubrirnos la cabeza.

Tuvimos una bonita experiencia charlando con una mujer musulmana que nos explicó cosas del Islam y nos regaló una serie de libros para conocer un poco más de su religión.

De ahí, nos fuimos a recorrer el viejo Muscat.

Visitamos (por fuera) el Palacio del sultán y los fuertes que lo rodean. Por temas de seguridad no permiten visita interior. También recorrimos el museo de Baiz al Zubair, el paseo marítimo de Muttrah y su souq.

 

Día 2- Hacia Sur y la reserva de tortugas

 El segundo día terminó con la maravillosa experiencia de ver desovar tortugas, pero hasta que llegó ese momento hicimos paradas muy interesantes, sobre todo en los wadis y en las blancas playas del camino.

Wadi es una palabra árabe que significa cauce del río.

Algunos wadis tienen agua todo el año y otros solo cuando llueve. Son como pequeños oasis entre montañas desérticas. Visitamos varios pero no os voy a marear con nombres que no vais a recordar.

Al atardecer llegamos a la reserva de tortugas.

Dimos un paseo nada más llegar para ver la playa donde iríamos por la noche a ver el desove. Es un entorno maravilloso y de día es bonito ver los nidos ya hechos.

Como sería muy largo escribiré un post sobre el tema, pero os puedo garantizar que es una experiencia increíble.

 

Día 3 – Hacia el desierto

 Todavía de noche, volvimos a recorrer el camino de la playa para ver a las tortugas dejar sus nidos y volver al mar al amanecer. Precioso de nuevo.

De ahí nos fuimos a Sur donde además de visitar un fuerte, un faro y el mercado de pescado fuimos a ver como se construyen los dhows, barcos de madera tradicionales omanís

De camino hacia el desierto y tras otro bonito wadi en el que nos dimos un baño (vestidas, por recomendación de nuestro guía) llegamos a Wahiba Sands, un desierto que teníamos muchas ganas de conocer. Es un enorme desierto de grandes dunas de un color naranja espectacular. Son un perfecto ejemplo de mar de arena.

Tuvimos la suerte de tener un gran guía, Salem, que aparte de enseñarnos lo que es la conducción por las dunas, nos llevó a un enclave muy especial para ver atardecer.

 

Día 4 – Camino de las montañas Hajar

 Nos levantamos prontito para ver amanecer en las dunas y luego hicimos una excursión en quad.

Es una increíble experiencia que os recomiendo si tenéis posibilidad. Yo empecé fatal, incapaz de controlar el quad, pero cuando lo conseguí me resultó muy sencillo y emocionante.

Tras los quads, visita a un campamento beduino donde nos ofrecieron café con dátiles (Qatiwa), a un mercado de mujeres y camino a la montaña de Jabal Akdhar visitamos el fuerte de Bahla y el castillo de Jabreen.

El fuerte de Bahla es una magnífica construcción del siglo XII y está considerado Patrimonio de la Humanidad desde 1987.

Muy cerquita está Jabreen, donde visitamos un castillo del siglo XVII muy bien conservado.

En su interior hay muchas cosas interesantes (entre ellas los techos pintados), además de unas impresionantes vistas.

Y de ahí directas  a el maravilloso hotel Anantara Anantara Al Jabal Resort en lo alto de las montañas de Jabel Akdhar.

En ese hotel hay un mirador que es donde la Princesa Diana se hizo una de sus fotos emblemáticas.

Fue curioso porque cuando se empieza la carretera  hay un control para que solo puedan acceder 4×4 (las pendientes son tremendas). Si no eres un conductor experimentado, no te arriesgues…

 

Día 5- Día de visitar pueblos abandonados

 Empezamos la mañana visitando algunos pequeños pueblos de la montaña cercana al hotel.

Íbamos andando de un pueblo a otro disfrutando de bonitas plantaciones de granadas, albaricoques, melocotones, uvas, manzanas… cultivadas en terrazas. De ahí el nombre de montaña verde.

Luego emprendimos camino hacia Al-Hamra, aunque paramos antes en otra pequeña población, Tanuf.

Además de uno de los mejores sistemas de irrigación (falaj) en activo, tiene un precioso casco antiguo de casas de adobe abandonadas.

Al-Hamra es también  un pueblo de casas de adobe en ruinas construidas con estilo yemení al pié de las montañas Hajar.

Hay un curioso museo  dedicado a explicar como era la vida tradicional en este pueblo con más de 400 años de historia, donde nos volvieron a ofrecer el famosos café con dátiles.

Y terminamos en Misfah que visitamos paseando por su falaj.

Todos estos pueblos estaban rodeados de enormes plantaciones de palmeras datileras.

 

Día 6 – Nizwa

 Nizwa es el segundo destino turístico de Omán.

Es una ciudad histórica con un enorme fuerte y un zoco de altas murallas. Se encuentra en una gran llanura rodeada de jardines y montañas.

Nuestra primera parada fue en el mercado de cabras, pero el covid ha hecho que pierda mucha de la gracia que esperábamos tuviese. Ojalá vuelva a ser lo que era.

Pero está al lado del souq así que no tuvimos sensación de pérdida de tiempo. Si tuviese que elegir un souq para hacer alguna compra sería este sin duda.

Atendida por locales hay una bonita plaza llena de tiendas de artesanía con piezas maravillosas y más pensado para el gusto occidental. También algún pequeño souvenir, pero este tipo de tiendas no está todavía muy desarrollado.

Dimos un paseo por todo el mercado y visitamos su fuerte. Se construyó en el siglo XII y se distingue por una torre redonda de 40 m de altura.

En Nizwa hay también dos mezquitas del siglo VII (de las más antiguas del mundo) pero están cerradas a no musulmanes. Creo que son maravillosas y Salem nos dijo que está convencido de que esa prohibición va a durar poco.

 

Día 7 – Mascate


Era un día que teníamos previsto estar relajadas en el Hotel Chedi, pero nos alquilamos un barco y nos fuimos a ver delfines. Un espectáculo. Había cientos!!.

Nos ofrecieron hacer snorkel, pero lo cambiamos por un recorrido por la costa sur de Mascate que nos pareció preciosa.

Ha sido un gran viaje. Omán es un país seguro, limpio, tranquilo y hospitalario que, aunque rico, ha sabido conservar las tradiciones y que combina muy bien naturaleza, cultura y aventuras.

También conocido como la suiza de Asia, tiene un tamaño similar a Italia y una población que no llega a los 5 millones de habitantes (tiene más del doble de palmeras).

Hemos conocido lo básico, pero merece otra visita. Las playas de Salalah al sur de Omán, creo que son maravillosas, con una hotelería excepcional y son una alternativa magnífica a otros destinos de playa del Indico. Seguro que la haremos!

Mi Mundo Travel

5 Replies to “OMAN, entre Oasis, Dunas, Adobe y Montañas”

  1. Una pasada Amelia”s, no me imaginé que fuera así. 👏🏼👏🏼👏🏼 Muy afortunada por tener esta vivencia con el tesoro mas preciado, la salud y tu hija.

    1. Si Laura. Es un destino precioso y con todo por descubrir

  2. Gracias por hacernos vivir tu viaje a través de tus textos y fotos . Ojalá algún día …

    1. Gracias a ti por leerlo y perdona el retraso en contestar!

  3. […] el viaje a Omán en octubre del 21 , el destino que mi hija eligió para otro mano a mano ha sido Corea del […]

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