Los templos de Angkor impresionan y quizás sea uno de los lugares más maravillosos y misteriosos que existen en el planeta; sin embargo, quién acude a Camboya y sólo visita los templos se pierde la esencia de un pueblo cargado de historia.
Phnom Penh es, para quien lo visita, el punto de entrada o salida del país y guarda, en sus calles, avenidas y en sus gentes, un gran pasado de lucha que la convierten en una ciudad realmente fantástica. No en vano ha sido considerada la Perla de Asia.
Aunque está lejos de las grandes capitales que se ven en Asia, Phnom Penh va cambiando con el tiempo y la cruzan grandes avenidas que dan mucha vida a la ciudad. Da cobijo a la confluencia de los ríos Mekong, Sap y Bassac, y un paseo en barco al atardecer es uno de los grandes atractivos para los que queremos disfrutar de la capital.
Uno de los principales puntos de interés es el Palacio Real, del que sólo se puede visitar una parte porque sigue siendo residencia real. Su color y estilismo son de gran belleza, así como la pagoda de plata y los jardines que lo rodean.
El Museo nacional también merece la pena visitarlo y ahí podéis encontrar una colección de los mejores restos del arte jemer. Por último, merece también la pena visitar el Templo Wat Phnom y subir su escalinata de 27 metros si el calor te lo permite.
Además de estas visitas culturales, no podéis dejar Phonm Pehn sin acercaros a su historia más reciente. La prisión S-21 en el centro de la ciudad, y/o los Killing fields, a unos cuantos kilómetros se han convertido en puntos de obligada visita y reflexión de las crueldades del ser humano.
Phnom Pehn cautiva a los amantes de las compras y los mercados. El mercado central o Psah Thme posee una gran variedad de puestos perfectamente organizados por tipo de producto. Esto facilita mucho la búsqueda. Merece también la pena pasear por un auténtico mercado de productos frescos, no sólo por el colorido y la variedad de los productos sino por el ambiente y por presenciar parte de la auténtica Camboya
El mercado que realmente sorprende (uno de los mejores de Camboya, si no el mejor), es el mercado ruso. Si os gustan las compras os recomiendo que no lo visitéis con prisa y lo disfrutéis a vuestro antojo.
Por la noche merece la pena visitar el Night Market. Si bien la oferta no tiene nada que ver con los otros dos mercados mencionados, es una buena ocasión para poder ver, y si os atrevéis, degustar las famosas tarántulas a la brasa y otras “especialidades camboyanas” de este tipo.
Sin embargo, a pesar de todo lo descrito, lo que más impresiona de Phnom Pehn es que es un lugar perfecto para conocer la auténtica Camboya. Desde los legados de la masacre pasada con sus mutilados a la salida de los templos, hasta el bullicio de sus calles cargadas de motos por todas partes, la sonrisa pura de la gente, la dulzura de los niños…, y la posibilidad de ir en tuc-tuc a todas partes confieren a la capital un punto totalmente recomendado en la visita a Camboya.