Mi primer viaje a Perú (I): de Arequipa a Titicaca

Un primer viaje a Perú | Mi Mundo Travel Planner
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Cuando decides tu primer viaje a Perú, tienes claro el objetivo:  conocer Machu Pichu.

Lo más complicado en la planificación  es seleccionar qué otros sitios de este maravilloso país vas a priorizar.

En mi caso fue fácil. Me uní a un viaje ya pensado, teníamos pocos días y la verdad es que estuvieron muy bien aprovechados.

Cuando vuelves traes de regalo un sinfín de experiencias, de maravillosos lugares visitados, de un viaje en que ningún día es parecido al anterior y consigues dos cosas muy importantes: las ganas de volver para seguir conociendo y la sonrisa y calidez de su gente.

Os cuento cómo fue

 

Primer día: Lima

Llegamos en el vuelo de la mañana. Estupendo para poder dormir en el avión y para, al día siguiente, poder visitar la capital.

Tuvimos la gran suerte de que era un día soleado lo que, en Lima, no es del todo frecuente. Nuestra guía nos decía continuamente la suerte que habíamos tenido por tener “brillo solar”.

En Lima estuvimos sólo este día, bien aprovechado, pero nos quedamos con ganas de más. Fue nuestra primera Plaza de Armas, nuestra primera catedral en la que está enterrado Francisco Pizarro.

Visitamos también el precioso museo de Larco donde tuvimos nuestro primer contacto con la artesanía inca. El museo está rodeado de preciosos jardines.

Uno de los grandes atractivos de la ciudad peruana son los restaurantes. Si vas a Perú y estáis en Lima no desaprovechéis la ocasión y elegid con antelación el restaurante que mejor se ajuste a vuestros gustos y presupuesto.

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Segundo día:  Volando a Arequipa

Arequipa es una ciudad para pasear tranquilamente. Tiene un encanto especial y os enamorará.

Se trata de una de las ciudades coloniales más importantes de Perú. La plaza de Armas, con la impresionante catedral y la no menos maravillosa iglesia de los Jesuitas, claro ejemplo de la arquitectura mestiza.

En Arequipa está la visita obligada del convento de Santa Catalina. Realmente no es un convento, es una auténtica ciudad cobijo de hijas de la época de prácticamente todas las familias.

Visitamos también el lugar en el que se guardan los restos de la momia Juanita, una niña Inca que fue ofrendada durante el periodo Inca. La descubrieron en 1995 en bastante buen estado de conservación rodeada de ofrendas.

Os recomendamos elegir un hotel que esté en el centro o muy cerca de éste. Eso os dará la posibilidad de poder pasear a cualquier hora del día, de la noche y de la madrugada y disfrutar de una forma sosegada de sus rincones.

Y como “marco de la ciudad” están los volcanes siendo el más emblemático el volcán Misti.

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Tercer día: de Arequipa al Valle del Colca, vicuñas y mal de altura

Este día tuvo dos partes diferenciadas e igualmente maravillosas.

El trayecto en el que paramos a disfrutar de las vicuñas. Es una imagen muy característica de Perú y resultan realmente entrañables. Los locales dicen que “las vicuñas son tímidas”.

Ya en el camino probamos el mate de coca…, recomendado para lo que nos esperaba… el ascenso y la amenaza del “mal de altura”.

Paramos a 5.360 metros de altura. Toda una experiencia…, flotábamos y la cabeza era difícil de controlar.

Tras superar esta parada, ya podíamos con todo. Dejamos en el punto más alto unas piedrecitas de recuerdo para que nos dieran suerte (apachetas).

En el camino nos encontramos con “Marco Polo” del que nos hicimos amigos rápidamente (del niño y de toda su familia, claro). Pasado el tiempo seguimos recordando ese encuentro con la familia andina y con la primera vista del verde valle que nos rodeó las 24 horas siguientes.

El valle del Colca tiene aguas termales y la mayoría de los hoteles/lodges, te ofrecen la posibilidad de probar los baños…, lo cual nosotros, por supuesto, hicimos…

En realidad, esta tarde lo único que puedes hacer es descansar ya que es el primer día de mal de altura y el simple hecho de ir de la habitación del lodge al restaurante nos hacía llegar resoplando.

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Cuarto día: el Vuelo del cóndor

Madrugamos bastante. El objetivo era llegar a ver el vuelo del cóndor a las horas a las que “le gusta mostrarse” y evitar que hubiera mucha aglomeración.

En el camino paramos en un par de pueblos con sus iglesias y presenciamos los bailes que nos tenían preparados los niños.

La gran pena es que una de las iglesias era la de Chivay que fue destruida en el terremoto del año 2016.

… y tuvimos que esperar a que las caprichosas aves comenzaran el espectáculo…. Y comenzaron su vuelo en medio de un valle único y unas gargantas sorprendentes que tienen una profundidad de 4200 metros.

Fue nuestra despedida de este valle y su verdor… para poner rumbo a nuestro siguiente destino: Puno y su altiplano.

Por cierto, el viaje fue divertido. Nuestro guía nos amenizó con música de cantantes de moda peruanos que hizo que el trayecto se nos hiciera muy corto.

Si hacéis este viaje, os recomendamos que, al pasar por Juliaca, prestéis mucha atención a los carteles publicitarios de la calle. Son muy divertidos

 

Quinto día: el lago Titicaca… o “Titijaja”

Desde nuestra llegada a Puno pudimos disfrutar de las vistas del lago. Tuvimos la suerte de estar en un hotel con enormes ventanales que integraban el lago en la habitación y desde el amanecer podíamos contemplar este famoso “Lago Sagrado de los Incas”.

El día transcurre dentro del lago.

Primero visitamos la isla de los Uros que, aunque turística, resulta divertida. Dicen que estos pueblos viven realmente dentro de lago…. En resumen, lo pasamos bien y nos dio la oportunidad de hacer unas fotos maravillosas.

La parte realmente especial del viaje fue la travesía por el lago disfrutando de nuestra maravillosa guía. Nos fue contando historias sorprendentes sobre la convivencia de Quechuas y Aimaras, así como la situación de la mujer en estas tierras.

Ella, en concreto, sabia o estaba aprendiendo varios idiomas, uno detrás de otro para seguir estudiando y que sus padres no la obligaran a contraer un matrimonio concertado con un desconocido. Los estudios eran su única protección para seguir viviendo su vida.

Sorprendente, trágico, pero real.

La siguiente parada fue en la isla de Taquile. Ascenso difícil (seguíamos afectados por la altura del “Altiplano”).

Bonita islas, fantásticas vistas y un pueblito central muy curioso. La comida para recordar, en la que tuvimos ocasión de ver y participar del folklore local.

La vuelta en barco, igual de maravillosa que la ida.

Y si vais a Puno, salid a cenar a algún restaurante local. La oferta no es como en Lima o Arequipa pero os dará la ocasión de pasear por una animada calle donde hay tiendas de souvenirs y pasaréis un bien rato…, pero no se recomienda salir de esta zona turística…

Sexto día: atravesando los Andes en tren

No es una travesía barata…, pero si podréis hacer un pequeñín esfuerzo, no dejéis de ir de Puno a Cuzco en tren.

El tren, con vista panorámica en la parte trasera, es una preciosidad una experiencia única…el servicio, los paisajes.

Es muy sorprendente el paso por Juliaca. Montan un auténtico mercadillo (casi todo de chatarra) en las vías que retiran al paso del tren.

El paisaje andino espectacular y la animación en el tren perfecta. Aprendimos a hacer “pisco sour” …

Y llegamos a Cuzco

 

En otro post os contaré nuestra segunda parte del viaje, el broche final.

Aprovechamos todo mucho, y tenemos muchas ganas de volver.

Perú no es un país que puedas conocer en un solo viaje. Ofrece mucho y demasiado variado para poderlo digerir de una sola vez

¿Nuestra próxima visita…, (si podemos)? Paracas, Líneas de Nazca y crucero por el Amazonas…

Pero por ahora, seguiremos cultivando los recuerdos de nuestra primera visita

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2 Replies to “Mi primer viaje a Perú (I): de Arequipa a Titicaca”

  1. Este es, sin duda, uno de los viajes que haré cuando Carmen y Adolfo sean mayores. Gracias por compartirlo!!!

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